Blog de Víctor José López /Periodista

jueves, 14 de diciembre de 2017

CARLOS M. MONTENEGRO Los Beatles nunca controlaron su música

                                     


Los Beatles a partir de 1963  se convirtieron en máquinas de producir dinero, el cual compartían indistintamente con managers, editores y diversos agentes y empresarios que gestionaban sus giras alrededor del globo


En el programa de radio “Los Culpables de Todo” que presento todos los sábados por Play 95.5 FM Network, he recibido algunas preguntas acerca de si es cierto que los Beatles desde sus inicios no controlaron adecuadamente los derechos de autor de sus propias canciones, como comenté en uno de los programas y permítanme aprovechar para informarles, y valga la cuña, que el programa se transmite cada sábado de 2,30 a 4 pm así que si les gusta la música pop y sus historias están invitados, y paso a explicar lo que sé sobre ese curioso asunto utilizando algunos datos que hace tiempo escribí en otro artículo para este diario.
Es una verdad indiscutida que los Beatles son la banda de rock y pop más exitosa de todos los tiempos. Desde sus inicios en 1962, Ringo, George, Paul y John, revolucionarios con sus canciones y su personal talante, abrieron las puertas de par en par del mercado mundial a toda una ola de grupos y solistas británicos como nunca antes había sucedido. Su impacto inicial hubiera sido suficiente para establecer al grupo como una de las fuerzas culturales de gran influencia del siglo XX, pero no se detuvieron allí.
Aunque su estilo era muy original, con canciones irresistiblemente pegadizas, los Beatles transitaron la década de 1960 expandiendo las fronteras estilísticas del rock, incorporando nuevas formas musicales, combinando una gran variedad de géneros al rock, como el country, folk, psicodelia, sinfónico o barroco en sus grabaciones, sin renunciar al brío de sus orígenes; curiosamente nunca utilizaron el jazz. La gran popularidad adquirida desde su primer disco ha dejado instituido en el imaginario popular que los Beatles son míticos.
Mientras permanecieron unidos todo fluía fácilmente debido, tal vez, a su bien promocionada imagen en películas, publicaciones gráficas e impresas y sobre todo al éxito arrollador de sus canciones. Después de la gran explosión del rock&roll, en 1956, que revolucionó al mundo con Elvis Presley reinando, solamente Los Beatles protagonizaron una segunda revolución, que logró desplazar al mismo monarca, algo inimaginable entonces. Tras más de medio siglo, el grupo de Liverpool sigue vigente y hasta los jóvenes que entonces no habían nacido, hoy saben que el cuarteto es la banda más importante, que ha trascendido en el tiempo y sus modas.
Sin embargo en su carrera no fue todo coser y cantar, el éxito no les cayó del cielo como el bíblico maná, y es que pocos músicos han trabajado tan duro para lograr el éxito. Desde las interminables actuaciones en sus comienzos en Liverpool o  Hamburgo, tocando  durante interminables noches en cuanto tugurio los aceptaban, hasta 1962 en que se publicó su primer sencillo “Love me do”, actuaron en directo casi 1.500 veces, como teloneros, en giras junto a otros artistas o ellos solos, y todo en menos de 5 años, record que aún nadie ha batido, hasta que decidieron abandonar las giras. Su último concierto en vivo fue el 29 de agosto de 1966 en el Candlestick Park de San Francisco* para dedicarse solo a componer y grabar discos que hoy son historia. Y todo sin haber estudiado música, o sea de guataca.
A todo eso hay que sumar miles de horas de ensayos, el tiempo de rodaje o intervención en sus cinco películas: A Hard Day’s Night (1964), ¡Help! (1965), Magical Mystery Tour (1967) Yellow Submarine, (1968) y Let It Be (1970) y sobre todo, las maratónicas sesiones de grabación en los estudios de Abbey Road junto a su inefable productor Georges Martin, con quien grabaron más de 250 canciones, la mayoría compuestas por los prolíficos Lennon y McCartney en apenas 8 años.
Los Beatles a partir de 1963  se convirtieron en máquinas de producir dinero, que compartían indistintamente con managers, editores y diversos agentes y empresarios que gestionaban sus giras alrededor del globo. Su manager personal era Brian Epstein (en la foto), que cuando los conoció en noviembre de 1961  actuando en el pub The Cavern, un sótano del n°10 de la calle Mathew en  Liverpool, quedó entusiasmado con el grupo y logró ser su representante, hasta el día de su inesperada muerte en 1967.
Epstein fue el creador de la  imagen formal de los Beatles, domó su actitud agresiva, les prohibió fumar y comer en el escenario, prescindió de sus atuendos de cuero, a lo “Teddy Boy”, substituyéndolo por trajes más formales, con corbata, al estilo “Mod” de la clase media inglesa; creó el peinado con los flequillos que convirtieron en moda universal y hasta les indicó cómo al terminar cada canción, agradecer los aplausos con una elegante inclinación. Su aportación a la promoción y éxito del grupo fue definitiva. Se le llamó “el quinto beatle”.
El grupo generaría fortunas en sus giras, venta de discos, música impresa (partituras) y “merchandising”. Pero el gran filón era la recaudación como autores y compositores a través de los derechos fono mecánicos, de sincronización de imagen (cine, publicidad, etc.) y derechos de autor. Las cifras de estos tres últimos rubros, generadas principalmente por las obras de Lennon y McCartney eran sencillamente fabulosas, tomando en cuenta que los derechos son heredables hasta 70 años después de la muerte del autor, sin desdeñar los derechos de difusión generados por sus temas interpretados por otros artistas (335 artistas famosos grabaron versiones,  además de miles de orquestas  que las incluyeron en sus repertorios tocándolas en bailes y lugares públicos generando derechos de autor**).
Pero Epstein no era bueno negociando, su gestión contractual en muchos casos fue simplemente desastrosa. Era proverbial su inexperiencia en el “show business” rayana en ineptitud en cuestiones de administración y finanzas, aunque nunca corrupto. Tras su muerte los Beatles quedaron desorientados pues confiaban ciegamente en su manager que siempre fue leal e íntegro. El grupo contrató a un  administrador, Allen Klein, que al revisar el estado de sus negocios, descubrió que ni siquiera controlaban los derechos de sus obras, su principal patrimonio. 
En 1963, a Epstein le urgía buscar un editor que administrara las ganancias generadas por las obras del primer álbum Please, please me. Ya en 1962 la publicación de las canciones “Love me do” y “Please, please me” vislumbraban lo que venía y su productor George Martin,  sugirió a Epstein, para resguardar los derechos, que hablara con un tal Dick James, quien resultó ser un viejo músico retirado que vivía de chupar la sangre a compositores menores con su pequeña editorial Dick James Music (DJM). James intuyó que lo que venía sería muy grande y ofreció a Epstein crear una editora exclusivamente para proteger la obra de Los Beatles.
Así nació Northern Songs que adquiriría todas las canciones de los Beatles que se escribieran desde la firma del contrato; Dick James administraría el catalogo a través de su editora DJM que se quedaba con el 50% de las ganancias cuando lo usual es solo un 10%. Lennon y McCartney tendrían un 30%, Brian Epstein el 10% y el otro 10% se repartía entre George Harrison y Ringo Starr (1.7% cada uno) y otros socios de James (el 4.6%), con lo que éste controlaba Northern Songs (54%).
Tras la muerte de Epstein, al tomar conciencia de la viveza de Dick James, las relaciones con los Beatles se fueron deteriorando y James hábilmente aprovechó que Paul y John estaban de Luna de Miel con sus esposas para vender Northern Song a Lew Grade, propietario de ATV en 3.5 millones de libras esterlinas. A su regreso Lennon y McCartney, enfurecidos, trataron de comprar Northern Songs a Grade, pero éste les negó la venta si no compraban ATV completa, propietaria ya de las obras de Los Beatles, por 35 millones de libras. Las negociaciones se rompieron pues no tenían esa cifra, a pesar de lo que habían generado, y tras muchos intentos posteriores aun no controlan sus obras.

*No se pierdan la impresionante lista de conciertos de Los Beatles en vivo  1960-1966:
  
Y vean en el siguiente link las cifras de vértigo que generaron Los Beatles por sus versiones
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